Lolita,
luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta
de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para
apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.
Estas tres líneas son las primeras
de Vladimir Nabokov y su Lolita (1955), una de las mejores novelas de amor y
bestialidad del siglo XX.
Señores y señoras lectores ustedes
serán el jurado en este viaje que trata de convencerlo a leer la más grande
obra de Vladimir Nabokov, como lo hizo en la misma novela Humbert, personaje
que invirtió 287 páginas en dar argumentos favorables para su perniciosa y
apasionada relación con una chiquilla de catorce años, a la que llama nínfula.
Nabokov (1899-1977) fue un escritor
ruso, que a pesar de crear sus primeras novelas en su idioma, se le conoce y
reconoce como un gran escritor a partir de sus primeros relatos en inglés. Crea
Lolita, título que cabe en distintos géneros y al mismo tiempo rompe paradigmas
al situarla en alguno de estos, romántica, erótica, trágica…
Humbert es un hombre con “cierto
don”, distinguir a las nínfulas en diferentes lugares, estas son niñas de
apariencia exquisita y naturaleza, no humana, sino nínfica, niñas. Y él,
Humbert un ninfulómano, dispuesto a amar a estas pequeñas en toda la extensión
que se le puede dar a la palabra amar.
Lolita una niña de catorce años que
poco a poco va adquiriendo conocimiento de su gran belleza, cautivadora y
caprichosa, con el temperamento de una
pequeña que trata de obtener todo, Lolita simplemente Lo-li-ta.
Dos películas existen hasta el momento
basadas en la excelsa novela, la primera dirigida por Stanley Kubrick en 1962 y la segunda del
director Adrian Lyne treinta y cinco años más tarde, en ambas se advierte la
calidad de la vasta obra literaria del escritor ruso nacionalizado
estadounidense.
Así que lector, he puesto en sus
manos la premisa de esta gran obra literaria, aquella que a simple vista nos
remonta a un amor verdadero, sin embargo su opinión difiere dependiendo el ojo
del lector, algunos creerán esta es una sátira, una mofa al verdadero problema
social que presenta Vladimir y precisamente ahí se encuentra lo mágico de
Lolita.
Señores y señoras del jurado, al
igual que Humbert presentó argumentos frente a la corte, yo presento estas
líneas esperando la curiosidad y las ganas de presenciar una gran obra de arte
los lleve a leer y disfrutar de Nabokov y su Lolita.
T.E.E.G
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Nos enamoramos simultáneamente, de una manera frenética, impúdica, agonizante
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